martes, 2 de febrero de 2010

Miel de mí

Si es necesario encadena mis piernas en las tuyas, encadena mis brazos a los tuyos. A mordiscos quita mis miedos, y rompamos en el intento. A sí siempre seremos lo que siempre quisimos.
-Al parecer entre lo violáceo de este atardecer, la intensidad de nuestras vibraciones es algo que llega a enloquecer.
Como será que poco ves, que todo es para y por ti.
(Vienes a a mí, y me desnudas dejando descubierto cada rincón que habita en mí, y comienzo entonar canciones que me priven un instante de esta locura desatada en el desatino constante de tus palabras inconclusas).

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