Te amo y te odio, y me es difícil saberte con pocas palabras y sin tantas caricias.
Aun recuerdo cuando de artesano modelaba tu figura, y la memoria de mis manos jamás olvidó algún solo rincón, porque eran aquellos los que más se empeñaba en recordar.
Mi vida es un detalle, siempre me preocupé de ellos, aunque tú no lo imaginaras, aunque tú ni cuenta te dieras, aunque los demás no lo supieran valorar porque para mi invaluable es.
Te maldigo roble marchito, y maldigo el día en que tus piedras me capturaron.
No eres el amor que tengo, porque marchito ahora te encuentras.
Puedo evitar que lluevan mis piedras, mas no puedo contener un terremoto de sensaciones cuando tu voz por fin escucho.
Huele a perfume, porque aun ahora somos de universos diferentes.
Te amo y te odio. Creo que jamás fuimos el uno para el otro.
Atte: Tristan Schütz.
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